lunes, 19 de enero de 2015

Cuestión de curvas.

Es algo en lo que no había reparado hasta ahora. Pero meditándolo bien, me doy cuenta de que nuestra relación es cosa de curvas. 

Hablo de la curva de tu espalda o la de mis caderas, Del arco de la distancia. La curva de tu ceja levantada ante alguna de mis insolencias. El sinuoso camino de tu casa a la mía. La curva de la felicidad amasada a base de cervezas. La que dibujas en mi cara los días pares. La curva que se sale del mapa, la que destroza todos los gráficos cuando me miras, cuando me hablas, cuando me besas.

También me refiero a la curva que doblega nuestra columna a causa del peso. En días como hoy desearía aligerar tu mochila y trazar una línea recta para ti. De momento, son solo bocetos. Y tiraremos muchos a la basura. Pero toda gran casa se diseñó a partir de un garabato. Y el camino más recto no siempre es el más directo. 




(Porque persigo la felicidad y porque creo con firmeza y arrogancia que ésta tiene tu nombre: jamás aceptaré que un puñado de furia y kilómetros nos prive de ella.)

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jueves, 31 de mayo de 2012

Tiene un nuevo mensaje de texto.


Intentar odiarte es como intentar que Jim Morrison cante una canción que no me guste.  
Ayer, olvidé por un momento la importancia de las formas. Quizás debiera haber interpretado las señales en el momento que dejamos de felicitarnos los aniversarios. ¿Desinterés o evolución natural?  Puede que crecer sea eso. Darte cuenta de que lo importante no es comprar la tarta, sino tener la certeza de que ni con toda la fuerza del mundo serán capaces de soplar nuestra vela.

Aun con todo eso, como sé que eres un amante de la tradición y la ceremonia, hoy vuelvo a escribir, solo para ti. Con la seguridad de que cuando termines de leer estas líneas habrás separado levemente las cejas que hasta ahora tenías fruncidas. Luego sonreirás un poco, así en plan cómplice. Tampoco mucho, para que no se me olvide que eres un público exigente, de los que aplaude solo una vez al final del espectáculo, y nunca pide bises.

Intuyo, ya que hablamos de espectáculos, que anoche no debió gustarte la función demasiado, y es que apenas nos despedimos. Pero volviste a demostrar que aunque la fama te preceda, el orgullo es cosa tan tuya como mía. Yo lo practico desde la sombra, pero tú, amante avispado, ya te has dado cuenta de ello. Así que agachas las orejas, y me mandas el mensaje conciliador primero. 

Bien, ésta ha sido mi humilde respuesta. Perdona si me he extendido, pero todo mi amor no cabía en 160 caracteres ;)
 

viernes, 18 de marzo de 2011

El día que mi juventud se desconectó



Haz el amor todas las noches
Bebe vino
Toma alimentos con grasas saturadas
Quita el pendrive en modo no seguro
Mete autoestopistas en tu coche a las doce de la noche
Haz graffitis
Desobedece a tu padre
Córtate las uñas de los pies delante de tu pareja, y olvida lo que dicen en Vanity Fair, la confianza es eso; y la sofisticación, es para ricos.

Duerme menos de ocho horas
Aprovecha el día, aprovecha la noche
LLora en público
Estudia algo sin futuro,
no hay mañana para los que temen errar.
Arrepiéntete, experimenta la verguenza, experimenta el dolor

Suda
Ríe de tu cara frente al espejo un domingo por la mañana
Vete a la India a redimir tus pecados, y a cometer otros nuevos
Entra al mar antes de terminar la digestión
Aprende a mirar
Aprende a vivir
Haz ruido.


Levántate un día y confía en no haberte convertido en una vieja de veinte años
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viernes, 10 de diciembre de 2010

Ego te absolvo


Lo mejor de conocerse bien a uno mismo, es que es más facil remendarse (la autoestima, la pena, las medias....) Lo peor de conocerse demasiado, es darte cuenta de todo lo que no tiene arreglo...


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martes, 2 de noviembre de 2010



"La muerte inminente puede ser exorcizada de boquilla si uno se concentra
para invertir sus esfuerzos en la presente realidad de la vida.
Por definición, tienes que vivir hasta que te mueres.
Mejor hacer que esa vida sea una experiencia tan completa y gozosa como sea posible, por si la muerte es una mierda, lo cual sospecho que es el caso..."



Fotografía: Robert Mitchum, aplicándose el cuento.

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domingo, 17 de octubre de 2010

Amelie, y otras chicas del montón.


Son los timos televisados a las dos y media de la madrugada, una hora menos en canarias.
Son las drogas legales en estantes de supermercado
Son los días en que dormimos sin sábanas, sin ropa, y sin despertadores.
Es tener la certeza de que a veces es peor tocar techo que suelo.
El sabor amargo de los lunes atada a la pata de un pupitre. Y el sabor amargo de los lunes que en adelante me atarán a la pata de una mesa de oficina.
Es el inconformismo crónico.
Es mi hipocondria.
Son las sonrisas con brackets más bonitas del mundo.
Es la mirada cómplice, y el posterior insulto (dulce como la sal)
Es echar tanto de menos todo lo que odiaba de mi madre.
La filosofía de bolsillo, y los cereales de chocolate por la mañana.
Son sus besos.



Y todas esas cosas que hacen que esto, en el fondo, siga teniendo gracia.
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domingo, 26 de septiembre de 2010

Y coleando.


Te das cuenta que aun estás vivo cuando asumes que sigues queriendo que alguien lleve tu foto en su cartera.

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